miércoles, 6 de junio de 2012







MINUTO LITERARIO

 “Una vez, instalado junto a la piscina de un hotel, en la costa de Amalfi, Duncan vio que una persona estaba leyendo el mismo libro que él, una biografía relativamente oscura de un músico de soul o blues. Hay gente –la mayoría de la gente, posiblemente– que lo habría tomado como una feliz y nada habitual coincidencia merecedora de una sonrisa o un “hola”, y quizá incluso de una copa y un intercambio de direcciones de e-mail. Duncan fue directamente a su habitación, dejó el libro tirado y sacó otro, para que el otro lector no tuviera ocasión de dirigirle la palabra”.

(Nick Hornby, "Juliet, desnuda")



"A L. K. Después de aquello, le era difícil respirar. Le producía un extremo dolor soportar la existencia propia y la de los demás. Una terrible incógnita, el porqué de todo. Así que sin tener la menor idea de qué hacer con su vida, cogió el primer tren para Dublín, buscó trabajo, conoció a una mujer, se casó y tuvo hijos."

(Julia Otxoa, Formas de matar del tiempo)




(foto del autor)

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