SHINE A LIGHT,
THE ROLLING STONES
Olvidemos los divorcios.
Olvidemos las peleas.
Olvidemos el miedo.
El error.
La pena.
Olvidemos los gritos.
Olvidemos los tiros.
Olvidemos los besos, las sobredosis, los
autobuses y las autopistas.
Olvidemos las madrugadas vacías.
Olvidemos los vasos a rebosar.
Olvidemos las palabras, los cuchillos, la
mirada que atraviesa la piel,
el cuerpo que cae al río, el hielo y su
fuego.
Una canción, dame una canción.
Nosotros sabemos donde está la curva.
Nosotros hemos cruzado cien veces ese
puente roto.
Una canción, dame una canción.
Una canción que lanzar contra la vida.
Una canción para calentar la casa.
Olvidemos las mentiras.
Olvidemos el amor que se escribe.
Olvidemos las palabras de sílex y metal
imperfecto.
Olvidemos que hay un nombre para cada
herida que nos tiene atados.
Una canción. Sólo una canción.
Que tus ojos brillen en la noche. Que tu
risa salte la hoguera por ti.
Mira a los otros. Todos se muerden y
cantan y luego duermen y lloran.
En esta casa sin puertas sólo una canción
puede cerrar la vida.
Algún día alguien dirá “yo estuve allí” y
no seremos nosotros.
Dame una canción para calentar la cama.
Cuando tus manos y mis manos no bastan…
(Poema perteneciente al libro "El final del banquete", fotografía de A. V. F.)
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